Wednesday, February 9, 2011

¡Yala Maroc!

Barcelona, Lisboa, Madrid, Maruecos y Valencia.  Estas fueron las opciones de viaje que CIEE nos dio para elegir nuestro grupo de interés para aprender más sobre España, sus culturas y sus regiones.  No había un grupo que no tubería importancia.  Elegir no fue nada fácil. Cambiaba mi mente cada día por las opciones que tenía enfrente de mi.  Un día fue Madrid y el Estadio Santiago Bernabéu.  El siguiente día fue Marruecos y la cultura árabe. Y luego fue Lisboa y su arquitectura.  ¿Qué hago? La mañana de elegir decidí en Lisboa.  Abriendo la puerta de aula con las listas Scott me dijo, ¡Dude there are five spots left for Morocco, come with me!  Sin pensar cogí la pluma y apunte mi nombre en la lista de Marruecos.  Reflexionando sobre mi decisión estoy satisfecho por haber seleccionado a Marruecos.  Viajar en por Europa es fácil.  Viajar a Marruecos no lo es. Además éste viaje me dio la oportunidad de ver una cultura completamente diferente a la europea. ¡On y-va Maroc!


Viernes 5 de noviembre embarcamos el barco en Algeciras para llegar a Ceuta.  Aun desembarcando en África todavía estábamos en tierra española.  Cruzando la frontera de España y Marruecos me recordó de mis experiencias cruzando la frontera de México y los Estados Unidos.  Un cambio drástico que se veía luego con la diferencia de culturas. Lo más sorprendente fue la cantidad de Mercedes-Benz blancos que había en la frontera.   En rumbo a Tétouan Abduluahid “Michael Douglas”, nuestro guía,  se presentó con sus chistes “I have three two wives and I’m looking for my third”.  ¡As-salman alaikum! ¡Wa alaikum el-salam! ¡Shukran!  
La escuela de artesanías de Tétouan fue nuestra primera visita del día.   Aquí vimos el estilo, método y tratamiento de la arquitectura árabe que vemos en sus decoraciones.  Ver el detalle y la precisión de estas decoraciones mi ayudo apreciar lo que vi en la Alhambra y el Alcázar de Sevilla.  De aquí entramos a la medina, ciudad antigua en árabe, para ir a almorzar en el restaurante Palace Bouhlal.  Qué rica fue la comida (couscous, pollo, pasteles y té).  Para ver de donde vino nuestra comida caminamos por el mercado de la medina. El lodo mezclado con sangre del suelo y  los olores de pescados, sangre, carnes, verduras y  animales vivos a veces es mucho para tomar cuando uno pasa por ella la primera vez.  Aunque no fue nada nuevo para mi, estaba fascinado por tener la oportunidad de poder ver la cultura marroquí con su alimentación. Mientras caminábamos por la medina empecé a reconocer varios sitios.  Después de nuestra merienda de pasteles y té continuamos a explorar el laberinto de la medina. Visitamos una tenería de cuero.  Un apeste pero el olor no le molestó a un pero que se comía la carne de un trozo de cuero. Sin embargo fue interesante ver como se curaba el cuero para luego fabricarlo a productos.  En relación a lo que veía, aprender sobre la cultura árabe me ayudo poner cosas en perspectiva.  Piedras usadas como desodorante.  Polvo usado como pasta de diente y shampoo.  Los últimos veinte minutos fueron los más interesantes porque vi el proceso de los rituales religiosos y la vida de la casa.  Fue impresiónate ver la manera de cómo uno se tiene que limpiar el cuerpo para poder entrar al mezquita para rezar.  Abduluahid fue un gran guía (todo el mundo lo conocía y él conocía todo el mundo, en serio).  Mi experiencia de mi primer día en Marruecos fue cuando Scott y yo caminamos al supermercado, que estaba al lado de nuestro hotel, para comprar unas cervezas. Ya que éramos los únicos extranjeros en la tienda nos sentíamos vigilados.  Nada mejor que una cerveza Casablanca para concluir mi primer día en Marruecos. 

¡Si no son puntales no hay camellos! – Virginia.  En mi reloj eran las 9 a.m.  En el reloj de Virginia eran las  nueve con cinco.  Tomé mi asiento sin discutir.  En camino a Asilah el paisaje de Marruecos estaba cubierto de montañas verdes.  En mi tiempo en Europa nunca he visto tanto verde cómo lo vi en Marruecos.  En Asilah disfrutamos del sol y de su playa. ¿Quién tiene a mono como mascota?  Pues un señor que ama a monos y el dinero de turistas.  Todos nos tomamos fotos con el mono Michael.  Muy juguetón que era Michael (no quiso soltar el pelo de Kelsey Kr.).  Tuvimos nuestro almuerzo en Cap Spartel, el lugar donde el mar Atlántico y el mar Mediterráneo se unen.  ¿Quién me puede estar hablando, si saben que estoy en Marruecos?  ¡Mi madre! Un momento inapreciable.  

Con mi recién comparado gorro las sorpresas de Marruecos me llevaron a la entrada de Grottes d’Hercules “Grutas de Hércules”, cuevas fenicias.  Sin duda lo experiencia más espectacular de Marruecos.   No podía creer como fue posible que los fenicios tallaran la imagen y un mapa de África en un cueva en un tiempo muy primitivo y restringido por tecnología y conocimiento del mundo.  “¡ADRIANNNNN!” – Virginia.  El susto de cuando oí a Virginia gritar mi nombre hizo qué casi me cayera del borde de la roca al agua.  Solamente quería una foto.  Cabreada que quedo Virginia y luego dijo, ¡Como estamos tarde no hay camellos!  Me escondí en mi asiento porque sabía que yo era culpable por dos razones: llegué cinco minutos tarde y luego lo que hice en la cueva.  Que bromistas eres Virginia, “¡No se crean, claro que sí hay camellos!”  Qué alivio.  Todos contentos y gritando yala yala “vamos vamos”.  Nuestro día termino en Tanger donde vistamos la medina de la ciudad.  Aquí nos encontramos a Abduluahid.  Este tío está por todos lados. Cuando pienso de Tánger recuerdo el momento cuando un señor golpeó a un niño porque se le atravesó.  El niño estaba tratando de vendernos chicle.  Como nos sentimos mal Virginia y yo le dimos dinero.  Esta situación triste me enseño que no se le debe dar dinero a los niños porque el dinero hace que niños no vayan a la escuela.  Tiempo de descansar.

Paraíso en las montañas.  Nuestra única vista del día fue en la ciudad de Chefchaouen.  Azul es color de Chaouen.  Sus casas y edificios están pintadas azul para regular la temperatura de la casa durante los veranos calurosos.  Sergio y yo le dimos alfileres y plumas de CIEE a dos niños porque no estaban persiguiendo.  Más tarde en el día Scott y yo los vimos de nuevo cuando estábamos de compras.  Chefchaouen es destino muy popular de compras y de turistas.  “¡Amigo hashish, buen precio!”  Gente me ofrecía hashish cada dos minutos.  Scott se cabreó por toda la gente que lo molestaba.  Es entonces que me di cuenta que Chefchaouen es la región de Marruecos donde se produce kif  “marihuana” y hashish.  Nuestro almuerzo en Chefchaouen fue nuestra ultima comida en Marruecos.  Mi tres días en Marruecos fueron maravillosos.  Que mejor que despedirte de Marruecos de que con  una puesta del sol sobre el estrecho de Gibraltar. 

No comprar en Marruecos es algo difícil.  Yo me dije que solamente iba gastar 20 o 225 dirhams.  Gasté 15 más de lo que pensé.  Mis recuerdos de Marruecos me recuerdan de su gente y su cultura. Regresé a Sevilla con respeto para el país.  Mi viaje fue un viaje turístico que me dio la oportunidad de ver la vida y cultura de los marroquí.  Como en México o cualquier país del tercer mundo tomar fotos de la gente, su pobreza y su cultura no es apreciado por la gente.  Nosotros tomamos fotos para recuerdos.  Para ellos una foto simboliza humillación porque la foto lo publica para que el resto del mundo vea la realidad.  Asimismo es una invasión de sus vidas.  Cuando pienso de Marruecos recuerdo el momento cuando una señora en Chefchaouen  nos exclamó que nosotros no teníamos el derecho de tomarle fotos a ella lavando ropa en el rió.  Niños también no querían que se tomaran fotos de ello.  Un niño nos amenazó con su trompo.  Me voy de Marruecos con respeto para su gente y cultura trabajadora. 

 ¡شكرا المغرب!

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