La Real Maestranza fue la primera atracción turística que vi en Sevilla. No fue a propósito. Esa mañana iba en camino para encontrar el CIEE Study Center pero me perdí. Eso es lo que pasa cuando no tienes un mapa. No entré porque necesitaba encontrar mi escuela antes de que cerrara a las 2 p.m. Llegué a tiempo y conseguí un mapa. Ahora no había manera de perderme. ¡Me meé de risa cuando vi hasta donde me perdí cuando llegué hasta la plaza de toros! El siguiente día regrese a visitarla. Esta vez no necesitaba mi mapa porque ya sabía cómo llegar. ¡Cuatro euros la entrada con el descuento estudiantil….olvídate! Aunque no entré yo todavía leí la información sobre la plaza.
La Real Maestranza fue uno de los muchos sitios que la clase avanzada visitó durante la sesión intensiva. Qué bien que no pagué para entrar cuando la visité la primera vez. En los aledaños de la plaza se encuentran estatuas dedicadas a los toreros sevillanos, como la del torero Curro Romero, que más han triunfado en Sevilla. El Museo Taurino de la Real Maestranza de Caballerías y la capilla están ubicadas bajo los graderíos de la plaza. Aquí vimos una colección pictórica, carteles taurinos, trajes de torear, bronces, azulejos y bustos de toreros legendarios.¿Quién tiene clase en las gradas de la plaza de toros? ¡Nosotros! En media hora aprendimos sobre la historia de los toros y de la arquitectura de la plaza. Nunca pensé que la tradición de la corrida de toros fuera prohibida en España, como sucedió cuando el Rey Carlos III lo hizo en 1786. Cuando la clase terminó yo me quede unos minutos para oír “Panik Panik” de Manu Chao. Cerré mis ojos e imaginaba que estaba en Bayona viendo el concierto de Manu Chao. ¡Pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación: Sevilla!
¿Vale la pena pagar 24€ para ver una corrida de toros? No porque ya vi una cuando estudié México. Sin embargo, si vale la pena porque es en la Real Maestranza y fue la ultima corrida del año. ¡Vamos toros! Corrida de 25/9/2010: Toros de Alcurrucen; Toreros: El Cid y Miguel Ángel Perera. ¡Seis toros en dos horas…vamos! Los toros se entregaron a los toreros pero los toreros no torearon bien. Lo paseíllos pasaron sin problemas. Los picadores fracasaron. Aparte de no pinchar bien, los caballos fueron cuereados demasiado por los toros. Lo mejor de las corridas fue el tercio de los banderilleros. ¡Salto y pinchazo! Ellos no tuvieron problemas al clavar las banderillas. Cada torero sueña de ejecutar la “suerte suprema” para ganarse la ovación del publico, las orejas y el rabo del toro. El día no fue del torero. Ellos no pudieron enganchar a los toros. Los toros sufrieron porque no fueron matados bien. Solamente una oreja fue premiada ese día. Estaba de acuerdo con el público porque la corrida era floja y los animales sufrieron. A pesar de que la acción estaba en lado sombreado del ruedo, lado opuesto a mí, yo tuve a un hombre muy fanático a mi derecha quien me mantuvo entretenido. Compartimos una buena amistad durante la corrida con conversaciones, pipas y cervezas. Entender su acento sevillano fue difícil pero no cuando animaba con sus “!Bien! ¡Bien! ¡Bien! ¡Ole!” y “¡Venga! ¡Vamos! ¡Bien!”
Unos ganan y otros pierden. Así va la tradición de la corrida. ¡Gracias por la experiencia!
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